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<DIV><FONT face=Arial size=2><FONT size=4>Ecología en tiempos del incario</FONT>
</FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2>Por Wilfredo Pérez Ruiz</FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2>30 de agosto, 2010</FONT></DIV>
<DIV><FONT size=2><A
href="http://www.servindi.org/actualidad/30646?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+Servindi+%28Servicio+de+Informaci%C3%B3n+Indigena%29"
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<DIV><FONT size=2><FONT face=Arial></FONT> </DIV>
<P class=ecxentry style="TEXT-ALIGN: center"><FONT face=Arial></FONT></P>
<DIV class=ecxentry><FONT face=Arial>Recordar la herencia cultural de nuestros
antepasados debe ser parte de un análisis que facilite recuperar nuestro sentido
de pertenencia e identidad y, demás, revalorar los conocimientos de los antiguos
peruanos sobre el patrimonio ambiental. </FONT></DIV><FONT face=Arial><SPAN
id=ecxmore-30646></SPAN></FONT>
<DIV class=ecxentry><BR><FONT face=Arial>En ese contexto, es interesante
estudiar las crónicas de Pedro Cieza de León, Garcilaso Inca de la Vega y de los
padres José Acosta y Bernabé Cobo. Sus documentados escritos detallan el
reconocimiento de estos pobladores hacia la vida silvestre, los camélidos y la
utilización integral de los recursos naturales, entre otros detalles
reveladores. Estos informes revisten un trascendental aporte
histórico.</FONT></DIV><FONT face=Arial></FONT>
<DIV class=ecxentry><BR><FONT face=Arial>Cieza de León en su obra “La crónica
del Perú”, destaca la numerosa población de guanacos y vicuñas en el Imperio de
los Incas y su disminución con la llegada de los españoles. Es importante añadir
que Garcilaso de la Vega, en su libro “Comentarios reales de los Incas” describe
como utilizaban la fibra de la vicuña extraída mediante “El chaco”, cuyas
simples técnicas para su captura y esquila son empleadas en la zona andina hasta
nuestros días.</FONT></DIV>
<DIV class=ecxentry><FONT face=Arial></FONT><BR><FONT face=Arial>El Padre
Acosta, en su libro “Historia natural y moral de las Indias”,
precisa:</FONT><BR></DIV>
<P class=ecxentry style="PADDING-LEFT: 30px"><FONT face=Arial>“<EM>…Los incas
tenían prohibido el cazarlas a no ser en sus grandes fiestas y que su manera de
cogerlas fue mediante el chaco o cacería en que se juntaban muchos miles de
hombres que iban cercando un gran espacio de monte y que solían coger 300 y 400.
Estos animales son trasquilados y de la lana se hacen cubiertas y frazadas de
mucha estima, por que la lana es como una seda blanda y muy durable, de color
natural, perpetua</EM>”.</FONT></P>
<P class=ecxentry style="PADDING-LEFT: 30px"><FONT face=Arial></FONT> </P>
<DIV class=ecxentry><FONT face=Arial>Es interesante lo precisado por el Padre
Cobo —en su publicación “Historia del nuevo mundo”— sobre la participación de la
población en la esquila de la vicuña y la prohibición de su caza. Similar
disposición imperaba para proteger otras especies de camélidos. Según
Cobo:</FONT></DIV>
<DIV class=ecxentry><FONT face=Arial></FONT><BR> </DIV>
<P class=ecxentry style="PADDING-LEFT: 30px"><FONT face=Arial>“<EM>…Tenían un
género particular de caza vivo llamado ‘chaco’, que consistía en un rodeo dentro
de una determinada área, en cuyo círculo quedaba aprisionadas diversas especies
animales, como venados, guanacos, vicuñas</EM>”.</FONT></P>
<P class=ecxentry style="PADDING-LEFT: 30px"><FONT face=Arial></FONT> </P>
<DIV class=ecxentry><FONT face=Arial>Uno de los últimos y más célebres chacos
fue ofrecido por Manco Inca en honor de Francisco Pizarro, en el valle de
Jauja.</FONT></DIV><FONT face=Arial></FONT>
<DIV class=ecxentry><BR><FONT face=Arial>Además, manifiesta que había una
delimitación de cotos de ganado silvestre (guanacos, vicuñas y venados) de
propiedad real. No se podía cazar sin autorización y se extendía a estos
animales la prohibición de sacrificar hembras y se verificaba el chaco o gran
cacería en vivo.</FONT></DIV><FONT face=Arial></FONT>
<DIV class=ecxentry><BR><FONT face=Arial>Tenía especial significado la
consideración de los habitantes por las ordenanzas del Inca. Así por ejemplo,
respetaban la proscripción de matar animales silvestres, con excepción de
ejemplares viejos, enfermos y solitarios.</FONT></DIV><FONT face=Arial></FONT>
<DIV class=ecxentry><BR><FONT face=Arial>Desarrollaron sistemas de irrigación,
domesticaron especies silvestres, fomentaron la crianza de aves, utilizaron la
andenería para cultivar productos alimenticios y combatir la erosión de las
cuencas gracias a la cual emplearon la superficie de los cerros a fin de cubrir
la demanda de la población. Estas terrazas tenían muros de contención y estaban
elaborados de piedra seca.</FONT></DIV>
<DIV class=ecxentry><FONT face=Arial></FONT><BR><FONT face=Arial>Diseñaron un
calendario agrícola que establecía la producción mensual, definieron un orden de
cultivos y organización el uso del agua sin preferencias para nobles o jefes.
Según el ilustre historiador Luis Enrique Valcárcel, en su publicación “Historia
del Perú antiguo”, citando a Cobo dice:</FONT><BR></DIV>
<P class=ecxentry style="PADDING-LEFT: 30px"><FONT face=Arial>“<EM>…La
extraordinaria afición que tenían los peruanos por el cultivo de la tierra ha
debido ser parte principal para el alto desarrollo que alcanzó. Que era tanta la
mencionada afición que aun los que practicaban otros oficios como plateros y
pintores no era nunca persuadidos para no interrumpir su trabajo como artesanos
por acudir al de su sementera, sino que, por el contrario, llegado el tiempo,
dejaban de mano a su ocupación para dedicarse por entero a la del
cultivo</EM>”.</FONT></P>
<P class=ecxentry style="PADDING-LEFT: 30px"><FONT face=Arial></FONT> </P>
<DIV class=ecxentry><FONT face=Arial>Sobre la guarda y del gasto de las
cosechas, Garcilaso explica:</FONT></DIV>
<DIV class=ecxentry><FONT face=Arial></FONT><BR> </DIV>
<P class=ecxentry style="PADDING-LEFT: 30px"><FONT face=Arial>“<EM>…En cada
pueblo, grande o chico, había dos depósitos, en el uno se encerraba el
mantenimiento que se guardaban para socorrer a los naturales en años estériles y
en el otro las cosechas del sol y del Inca. Había, además, muchos graneros a lo
largo de los caminos reales de tres en tres leguas</EM>”.</FONT></P>
<P class=ecxentry style="PADDING-LEFT: 30px"><FONT face=Arial></FONT> </P>
<DIV class=ecxentry><FONT face=Arial>Se construyeron, en todas las provincias,
grandes almacenes (“colcas”) donde se depositaban los frutos obtenidos en las
pertenencias del Inca. Estas edificaciones estaban en lugares altos, frescos y
bien airados a orillas del camino real.</FONT></DIV><FONT face=Arial></FONT>
<DIV class=ecxentry><BR><FONT face=Arial>Crearon “reservas forestales”
denominadas “moyas”. Eran ciertos sectores accidentados de alguna importancia,
cuyo usufructo era para la comunidad dentro de cuyos distritos se hallasen
ubicados. Sin embargo, el corte de la madera debía ser también previamente
autorizado.</FONT></DIV>
<DIV class=ecxentry><FONT face=Arial></FONT><BR><FONT face=Arial>Por otra parte,
el autor de la “Historia del Perú antiguo” afirma que la pesca se realizaba de
diversos modos: utilizando una hierba llamada de barbasco, que intoxicaba a los
peces, sin hacerlos nocivos al hombre; pescaban en seco, desviando un brazo del
río, tenían un modo especial para coger camarones, armadillos, sábalos, dorados,
etc.</FONT><BR></DIV>
<P class=ecxentry style="PADDING-LEFT: 30px"><FONT face=Arial>“<EM>Una práctica
de pesca era echarse a nado con una fisga en la mano derecha, haciendo uso sólo
de la izquierda para nadar a gran velocidad y zambulléndose tras del pescado lo
seguían hasta alcanzarlo y clavarle la fisga, con que lo sacaban a la
orilla</EM>”, concluye.</FONT></P>
<P class=ecxentry style="PADDING-LEFT: 30px"><FONT face=Arial></FONT> </P>
<DIV class=ecxentry><FONT face=Arial>Las islas de la costa -que desde tiempo
inmemorial constituyen depósito de excremento de las aves marinas- fueron
explotadas empleando para abonar las tierras. Cada isla estaba señalada para una
determinada provincia y si era grande para dos o tres, estableciendo mojones y
linderos precisos para que no hubiera interferencias.</FONT></DIV>
<DIV class=ecxentry><FONT face=Arial></FONT><BR> </DIV>
<P class=ecxentry style="PADDING-LEFT: 30px"><FONT face=Arial>“<EM>No se podía
tomar cantidad alguna de estiércol correspondiente al vecino so pena de muerte.
Tampoco se podía extraer de la propia área cantidad mayor que la asignada
conforme a la extensión de las tierras beneficiadas. Incurrir en alguna demasía
daba lugar a castigos</EM>”, afirma Garcilaso.</FONT></P>
<P class=ecxentry style="PADDING-LEFT: 30px"><FONT face=Arial></FONT> </P>
<DIV class=ecxentry><FONT face=Arial>El estudio de estos acontecimientos —que
caracterizaron a los habitantes del Imperio de los Incas— permite conocer su
identificación ambiental expresada en su organización social y
económica.</FONT></DIV><FONT face=Arial></FONT>
<DIV class=ecxentry><BR><FONT face=Arial>A la luz de estos antecedentes podemos
concluir que esta armoniosa relación ha sido recogida por las comunidades
altoandinas, quienes constituyen la escuela humilde, austera y auténtica de
donde surge la conservación del patrimonio natural como muestra de su alto valor
espiritual y ético.</FONT></DIV>
<DIV class=ecxentry><FONT face=Arial></FONT><BR><FONT face=Arial>* Wilfredo
Pérez Ruiz es docente, conservacionista y consultor en temas ambientales. Es
miembro del Instituto Vida y ex presidente del Patronato del Parque de Las
Leyendas, Felipe Benavides Barreda.</FONT><BR></DIV>
<DIV></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial></FONT> </DIV></BODY></HTML>