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<BODY bgColor=#ffffff><FONT face=Arial size=2>
<DIV>EL <SPAN class=caps>COLOR</SPAN> DE <SPAN class=caps>NUESTRA</SPAN> <SPAN
class=caps>CULTURA</SPAN></DIV>
<DIV><FONT size=4>Cronología de un error</FONT></DIV>
<DIV class="nota-contenido left span-13"><FONT size=1>A RAÍZ <SPAN
class=caps>DEL</SPAN> <SPAN class=caps>INTENTO</SPAN> <SPAN
class=caps>FELIZMENTE</SPAN> <SPAN class=caps>FALLIDO</SPAN> DE <SPAN
class=caps>PINTAR</SPAN> EL <SPAN class=caps>MUSEO</SPAN> DE LA NACIÓN, LE <SPAN
class=caps>EXPLICAMOS</SPAN> CUÁL ES LA <SPAN class=caps>TRASCENDENCIA</SPAN> DE
<SPAN class=caps>ESTE</SPAN> <SPAN class=caps>EDIFICIO</SPAN></FONT></DIV>
<DIV class=autor-nota-i>Por: Jorge Sánchez Arquitecto</DIV>
<DIV class=meta>Miércoles 9 de Febrero del 2011</DIV>
<DIV class=meta><A
href="http://elcomercio.pe/impresa/notas/cronologia-error/20110209/710793">http://elcomercio.pe/impresa/notas/cronologia-error/20110209/710793</A></DIV>
<P class=bajada>
<P class="nota-contenido left span-13">En setiembre del año pasado se comenzó a
pintar la torre del Centro Cívico (de un color blanco/beige), luego de la
remodelación que sufrieran los otros edificios que lo componen para su
transformación en centro comercial. La misma suerte correría el hotel Sheraton y
la parte superior del edificio de Petro-Perú. Finalmente, la última semana de
enero, los limeños vimos cómo se comenzaba a pintar el actual Museo de la Nación
con los mismos tonos.</P>
<P class="nota-contenido left span-13">Si bien lo de la torre del Centro Cívico
generó alguna controversia y protestas de parte de arquitectos y estudiantes de
Arquitectura, fueron los primeros brochazos (o rodillazos) al Museo de la Nación
los que generaron una ola de protestas que, al menos en mi corta vida de
arquitecto, no había presenciado antes en defensa del patrimonio arquitectónico.
¿Qué tiene de especial este edificio que hace que sus proyectistas se reúnan
frente a él, más de 30 años después de su inauguración, junto a decenas de
estudiantes de Arquitectura para protestar por lo que consideran un gran
error?</P>
<P class="nota-contenido left span-13"><STRONG>EL <SPAN class=caps>MUSEO</SPAN>
DE LA NACIÓN</STRONG><BR>El <U>originalmente Ministerio de Pesquería</U> fue
producto de un concurso de arquitectura público (antes así se elegían los
proyectos públicos) convocado en 1970, que ganó el equipo formado por los
arquitectos Miguel Rodrigo, Miguel Cruchaga y Emilio Soyer. Luego de funcionar
como Banco de la Nación fue transformado en Museo de la Nación.</P>
<P class="nota-contenido left span-13">El edificio es, junto al de
Petro-Perú,<U> uno de los principales ejemplos de la monumental arquitectura
realizada por el gobierno militar</U> <U>(para reflejar la importancia de la
pesca</U> y la explotación petrolera para el país en estos casos). Está hecho en
un concreto armado que se deja ver, haciendo énfasis en la manera cómo fue
construido. Esto podría ubicarlo dentro de la corriente arquitectónica
brutalista. Kenneth Frampton dice en su libro “Historia crítica de la
arquitectura moderna”: “Hasta mediados de los años 50, <U>la verdad en el uso de
los materiales fue un precepto esencial de la arquitectura brutalista</U> […]”.
El material de construcción expresado tal y como es con mucha influencia de los
maestros modernos, primero Mies y luego Le Corbusier. </P>
<P class="nota-contenido left span-13">Pero el museo tiene más que contar: está
lleno de referentes e influencias. Se dice que el juego y composición de sus
enormes volúmenes sugieren la metáfora de <U>un barco pesquero en alta mar</U>.
Tiene un poco de la precisión y rigor de la arquitectura moderna que se hizo en
Norteamérica expresada en la modulación de sus partes (Miguel Rodrigo había
trabajado para el estudio Skidmore, Owens y Merril antes de hacer este
proyecto). Tiene también, aunque parezca extraño, alguna influencia de ideas
japonesas. “La concepción del Ministerio de Pesquería estuvo muy influida por
los metabolistas […] Gente como Kenzo Tange y Kisho Kurokawa habían sido ganados
por la idea de construir ciudades virtuales encima de las reales en Japón,
proyectaban superestructuras que crecerían como una ciudad en el aire. A
[Miguel] Rodrigo le fascinaba la idea de lograr la máxima explotación de las
posibilidades del concreto armado, y eso traía la posibilidad de trabajar las
estructuras a otra escala […]”, dijo Cruchaga en una entrevista para Nómena
Arquitectos. Ideas que se ven reflejadas también en otro proyecto del equipo
como la cruz tridimensional de la clínica Ricardo Palma (hoy totalmente
desfigurada) y en el inédito Club de la Guardia Civil-Acenespar en Ñaña,
proyectado por Rodrigo individualmente. Algo podría tener también de la
masividad, solidez y monumentalidad presentes en la arquitectura peruana
precolombina, vertiente que exploraría luego, con notables resultados, Emilio
Soyer. </P>
<P class="nota-contenido left span-13">El edificio público más grande del país
(55.000 m2) posee también una enorme riqueza espacial. Sus puentes, espacios de
múltiples alturas y enormes luces hicieron viable el proyecto de adecuación a
museo, a fines de los años ochenta, a cargo de los arquitectos Franco Vella y
Fernando Jara.</P>
<P class="nota-contenido left span-13"><STRONG><SPAN
class=caps>PATRIMONIO</SPAN> MODERNO</STRONG><BR>Por todo esto creo que es
incompleto decir que el edificio no debió ser pintado por ser brutalista. Hay
muchos edificios de concreto armado expuesto en el Perú, pero este edificio es
más que eso. Son su historia y el conjunto de sus volúmenes, espacios y
materiales lo que lo han convertido en parte del legado de la arquitectura
peruana. Si se altera alguno de sus componentes, la materialidad en este caso, y
no se piensa sobre ello, se altera el conjunto. </P>
<P class="nota-contenido left span-13">Es imprescindible preservar el patrimonio
arquitectónico, pero no solo el precolombino, el colonial o el republicano. La
buena arquitectura moderna también merece ser preservada con el mismo
entusiasmo. Es lamentable que hoy sea la más indefensa por falta de políticas de
conservación. Felizmente las manifestaciones, y particularmente el plantón de la
noche del pasado jueves, hacen pensar que los arquitectos y estudiantes nunca
más serán indiferentes ante la destrucción de su patrimonio.</P>
<P class="nota-contenido left span-13">Nadie duda de la buena intención de las
autoridades, pero siempre es mejor preguntar a los que más saben del tema
primero. A veces los daños pueden ser irreparables. Siempre será mejor pedir
permiso que pedir perdón.</P></FONT></BODY></HTML>