[OANNES Foro] Boya oceanografica San Pablo no se cambió. Desapareció. Andina. Perú

Dom Ago 30 07:38:21 PDT 2009

San Pablo no se cambió

http://portal.andina.com.pe/edpespeciales/especiales/2009/agosto/humboldt/humboldt.html

Crucero Oceanográfico empieza travesía de 10 días

A bordo del Buque de Investigación Científica BIC "Humboldt", cuatro de las instituciones más representativas en estudios del tiempo junto con los periodistas de la Agencia Andina, participan en una expedición que tiene como misión el recambio de la boya oceanográfica "San Pablo III" y el sembrado de la boya "Virgen del Carmen V", acciones que contribuirán al estudio y monitoreo del Fenómeno "El Niño".

Durante trece horas, oficiales del área de operaciones y cubierta, pasaron su día dominical mirando el horizonte. Todo ese lapso de tiempo no para encontrar a la musa de sus sueños sino para encontrar la boya que tiene el nombre de hombre correcto, e iniciar el re cambio ansiado. 

Pero San Pablo no se cambió. Desapareció. No se le vio en toda la ruta que el comandante Ruiz Roa estableció para encontrarla. Desde las 6 de la mañana, él y su equipo, ocuparon sus puestos de observación para hallar la boya oceanográfica.

Comenzó el proceso cuando se ubicó el punto exacto donde se dejó la boya el año pasado. Desde allí, como espiral en línea, hasta un ámbito establecido, el BIC Humboldt recorrió la derrota (ruta) a una velocidad de 7 nudos. Lento. Para asegurarse de “pelar” el mar y no perder de vista nada.

Algunos con larga vista en mano, y otros sin ella. El grupo responsable de encontrar la boya observó el horizonte como felino atento a su presa, desde los bolsillos del puente de mando.

Por turnos cumplieron la tarea, pero conforme pasaron las horas, sus rostros avispados de la mañana, se ensombrecieron a causa de una penita discreta que no expresaban porque “el ánimo hay que mantenerlo cien por ciento positivo”, me dijo uno de los técnicos. “Vamos a encontrarla”, precisó antes de la hora del primer rancho. 

No la encontraron. Antes del medio día y en base a otros datos, como tomar en cuenta la última fecha de transmisión de la boya, que fue en noviembre del año pasado, y la última vez que un helicóptero de la marina lo divisó, que ocurrió en junio de este año, se diseñaron otros dos patrones de búsqueda y continuaron con su labor.

Mientras tanto, en la popa del buque, allí donde se realizan las maniobras de pesca, los cuatro buzos acompañados por algunos técnicos de la marina y pescadores, tiraron sus anzuelos para extraer de su hogar enormes pericos que caían a causa de un calamar de plástico y colores. Pobres pescaditos. Uno, creo, me miró desde su agonía pidiéndome ayuda.

Creo que jugaban para no pensar en nada, y esperar con tranquilidad la orden de comenzar a izar la boya que iba a ser rescatada. Fue distinto el día de ayer. Hubo poca gente a la hora del rancho, y casi nadie a la hora del video recreativo. Todos estábamos atentos a que algo pasara. 

Decidimos tomarnos una siestita, porque nada pasaba, pero justo divisaron una bolichera de pescadores artesanales, que se acercó a nosotros porque necesitaba un poco de agua. Desde hacía 10 días estaban a la mar, pescando perico también pero que venderán luego en el mercado para sustento de su familia. Contaron que no habían visto la boya para nada.

Qué frágil se vio a la embarcación pesquera al lado del BIC Humboldt; pero más frágiles a los pescadores a bordo de ella, porque las condiciones arriesgadas en las que navegaban se notaba a la vista: en la calidad de la madera del barco, en la ropa de casa que tenían puesta y en cómo se movía por la olas del mar. 

A esa hora, todavía no se encontraba la boya. Le pregunté al maestro de pescadores, don Juan Campos, a cargo de coordinar las maniobras de izamiento de la boya San Pablo y el sembrado de la nueva boya San Pablo, cómo se sentía. Me dijo, la verdad, tranquilo porque es una operación que tiene sus riesgos. Los ganchos y las cuerdas se tensan, mucho, porque la fuerza del mar es poderosa. La boya pesa 870 kilos.

Abel Sianquez Silvestre, responsable del equipo de buzos, estaba frustrado. “No se ha cumplido el objetivo. Uno tiene una tarea y quiere cumplirla”, señaló. El segundo comandante encargado porque los equipos y tripulantes del BIC estén toda su operatividad, Julio Vilchez Escobedo, estaba tranquilo. Me dijo que a veces ocurren situaciones imprevistas, y hay que estar preparados también para enfrentarlas.

Casi hasta las 19 horas se buscó a San Pablo. Bendito santo. Posiblemente la boya haya sido “vandalizada”, dice el comandante Ruiz Roa, es decir, robada por pescadores; o tal vez un barco mercante haya cortado los cables y la boya se haya hundido; o por último que por corrosión, se haya desprendido de su sistema de anclaje y se haya perdido en el mar. 

Para aclarar esta situación, la marina hará un próximo vuelo de reconocimiento, y confirmará la desaparición de la boya; también usará otros medios, como los faros ubicados en nuestro litoral, hasta labores de inteligencia. La boya San Pablo tiene que aparecer de todas maneras para seguir cumpliendo con su misión no tan santa: de dar información de las condiciones del mar relacionadas con el Fenómeno del Niño. De no ser así, se tendrá que implementar la de repuesto. 

Toribio Mamani Machaca 
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