[OANNES Foro] Vivir el presente o soñar con el futuro

[Señor de las Olas - ONG Oannes]

Vivir el presente o soñar con el futuro


Cuando tomo vacaciones, lo primero que hago es ir al mar; sin embargo mientras lo logro la tensión es absoluta, comienza con la preparación de la camioneta, luego revisar el equipo, las carpas, toldos, comprar víveres y vituallas, revisar los pronósticos de mar, ponerse de acuerdo con mi esposa y mis hijas (esta sin duda es la parte mas tensa), salir de Lima muy temprano para evitar el transito e incluso a los policías corruptos (a esa hora están aun desayunando) que te paran buscándote algún problema difícil de resolver, como pedirte el triangulo de seguridad que esta debajo de todas las cosas que llevas al camping.

Pero al llegar a la playa después de tanta peripecia, logro pararme al fin en la orilla solitaria, respiro hondo el aroma del mar y la primera pregunta que viene a mi suele ser: ¿Qué hago sentado en una computadora todos los dias? ¿Por qué no estoy aquí todo el tiempo?

Una noche después de cenar, en el porche exterior de la casa principal en la Isla Lobos de Tierra, tuve una charla con Luciano Barchi, uno de los mejores pescadores submarinos que ha tenido el Perú, gran persona, gran amigo: Luciano…esto es lo que quiero hacer toda mi vida, bucear y estar cerca del mar, le dije inhalando la noche, lleno de paz y relajo. ¿Y que vas a hacer para lograrlo? Me dijo.

Terminare mi carrera y me dedicare a estudiar la inteligencia de los delfines…conteste contundente.  “¡Pero que tontería! ¿A quien le interesa la inteligencia de los delfines? Ahora la gente ya no quiere comer delfines por que son bonitos, estudia algo donde le des de comer a la gente, por que el mundo se muere de hambre y ¡nosotros los pescadores le damos de comer a la gente! Además, si te gusta el mar, debes estar siempre en el mar”. Mis sinapsis neuronales debieron sentir algún impacto directo de las palabras de Luciano, por que hasta hoy en día sigo siendo pescador, pero sigo teniendo interés por la inteligencia de los cetáceos y salgo al mar solo los fines de semana o en vacaciones.

El trabajo de escritorio y citadino me absorbió y nunca imagine que mi camino seria tan duro y con tanto tiempo alejado de mi gran motivación: el mar.  Ya que mi ambición por dar de comer a la gente, se proyecto mucho mas allá de mi grupo tribal o familiar y ahora además de darle de comer pescado a mi allegados, hago lo que puedo por que la gente en el Perú y alrededor del mundo coma pescado. Pero hasta ahora, no logro la meta máxima: que coma el realmente hambriento.

Extraer, procesar y distribuir productos del mar alrededor del mundo, ya es una actividad compleja. Pero finalmente quien paga esos esfuerzos para acceder a estos productos, no son precisamente los desposeídos y hambrientos, sino mas bien gente de diversas clases sociales, que tienen el dinero para pagar un producto que cada vez esta mas escaso y caro. Ni que decir del destino final de los productos de la acuicultura, son solo para los estratos mas elevados de la sociedad, que comen además peces alimentados por otros peces, que si podrían darle de comer a los hambrientos desposeídos.

En esta ilógica estructura en la que estamos envueltos, buscamos lideres que sean capaces de guiarnos por un camino de explotación responsable y sustentable de los ricos recursos que poseemos en nuestro mar y que además promuevan con sus iniciativas y capacidades profesionales un sector pesquero mas lógico y ordenado que el actual. Pero es entonces cuando nos damos cuenta que los intereses de estos lideres soñados, no son mas que mirarse en el espejo regocijándose en su vanidad y quizá preguntándole al frio cristal: ¿Quién es el mejor doctor, quien es el mejor ingeniero?.

Dicen que fue José Ortega y Gasset antes de Laurence J. Peter quien dio forma al aforismo: "Todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes". Pero es cierto que Peter, fue quien hizo popular el “Principio de incompetencia” que hoy lleva su nombre y que esta basado en el «estudio de las jerarquías en las organizaciones modernas», o lo que el llamaba en ingles «hierachiology» o jeraquiología, como diríamos en castellano.

En dicho principio Peter afirma; que las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad, hasta que alcanzan su nivel de incompetencia. Valgan verdades y hablando en buen cristiano, ascienden en la vida profesional o burocrática hasta que encuentran algo que no son capaces de manejar…el Waterloo de Bonaparte.

Pero aquellos que logran romper el “Principio de incompetencia”, solo tienen una característica especial que los hace brillar en su genialidad: Un amplio criterio…mundo…calle o callejón. Pero sobre todo, mucha responsabilidad ética, para reconocer cuando no puede romper el “Principio de incompetencia” y necesita la ayuda de los demás. Algo que repito siempre, es que nadie es capaz de corregir un error, si no es capaz de reconocerlo primero, una forma distinta de enfocar la habilidad para romper el “Principio de incompetencia”.

Si la codicia y avaricia es el gran pecado del pescador, la vanidad y la egolatría, lo son del burócrata y también de algunos académicos que aspiran a la burocracia. Y es que la estructura de la vida académica en el Perú, camina mas por el lado de la obtención de títulos y reconocimientos, que por el del conocimiento real que hizo sabios a personas como Leonardo o al mismo Einstein. Claro que ellos tampoco dejaron de ser usados por el lado oscuro, por que ciertamente ninguno de mis dos ejemplos pudo evitar la creación de maquinas o instrumentos de destrucción. Sin embargo su genialidad y enorme afán de conocimiento, los llevo a sus magnificas creaciones e indiscutibles descubrimientos. No pretendemos un Einstein o un Leonardo para manejar la pesquería nacional, lo mas probable es que si los pusiéramos ante esa responsabilidad encontrarían muy rápidamente su nivel de incompetencia.

Lo cierto es que los peruanos conscientes de la realidad, estamos sacando del sombrero del mago,  a nuestros mejores profesionales, para luego descubrir que Peter tenia razón. Ahora que la pesquería peruana afronta uno de los momentos mas oscuros de su historia, adolece de lideres que puedan proponer soluciones a sus numerosos conflictos, no solo técnicos, sino también políticos. No encontramos aun a la persona capaz de convertir tanto conflicto de intereses en una sinergia que nos lleve al progreso, con la responsabilidad y la sustentabilidad necesaria para darle de comer nuestras mejores proteínas al mundo entero.

La disyuntiva de considerar la vida marina como recursos o como simple fauna y flora, marca una aparente diferencia. Los recursos se administran, mientras que la fauna y flora se cuida.  Sin embargo un administrador coherente, sabe que si la fauna y flora no se cuida, no habrá recursos que administrar. Por tanto son asuntos complementarios e íntimamente vinculados.

No existe realmente una contradicción entre el ecologismo y administración de pesquerías. Son en realidad un problema visto desde dos ángulos distintos, dos caras de una misma moneda que debemos comprender y que llevan a los que ven solo un lado de la moneda a su “nivel de incompetencia” para eso existe el dialogo, la conferencia, la comunicación y foros como Oannes, donde el que ve el otro lado de la misma moneda, puede describir lo visto y con ello permitir la ruptura del “Principio de incompetencia”, para quien se sienta capaz de vencer su soberbia y escuchar a los demás.

Nadie puede aun comprender fenómenos como “El Niño”,  la gran verdad es que solo hace unos 15 o 20 años que comenzamos a contar con las tecnologías que hoy nos permiten aventurar las primeras hipótesis para la comprensión de un fenómeno oceanográfico, trascendental para la vida en todo el globo. La investigación científica al respecto esta aun en pañales. Sin embargo existen algunas hipótesis coherentes, y verdaderamente interesantes. Una de ellas es la que relaciona los movimientos tectónicos en el “Cinturón de fuego de El Pacifico”, con el calentamiento periódico de las aguas de este vasto océano. Hoy en día nadie duda de que el calentamiento global, tiene un como componente importante a la reducción de la capa de ozono en la atmosfera, pero por si solo este elemento no explica fenómenos tan importantes como “El Niño” y su alternancia fría hoy conocida como “La Niña”.

Un amigo oceanógrafo, me decía hace poco: “Si tienes una olla con agua y hielo y la calientas un rato, parte del hielo se derretirá y enfriara el agua, hasta encontrar una temperatura ambiente, si prendes de nuevo la cocina, se derretirá mas hielo y volverá a enfriarse, y así sucesivamente, hasta que el hielo se acabe, luego el agua se calentara hasta evaporarse”. Intentaba darme un ejemplo de lo que el calor submarino posiblemente generado por movimientos tectónicos podría producir. Pero cuando le pedí mencionarlo, solo me dijo: “Es una idea, si mis colegas la escuchan, probablemente me crucificaran y hacer un estudio serio sobre esto escapa a mis recursos”. Felizmente no soy un científico y puedo decir cualquier cosa sin ser crucificado, por que la verdad su idea me sonó coherente.

Pero también hay otros científicos que creen que las avenidas de aguas calientes, de oeste a este, en los años “Pre Niño”, traen consigo una acumulación de inusual de cardúmenes de peces en la costa del Perú. Esta aglomeración, crea según ellos, la idea falsa de una abundancia, que por cierto despierta la codicia del pescador. Sin embargo esa abundancia aparentemente “efímera” puede traer consecuencias beneficiosas en los años “Post Niño”, ya que la costa peruana es muy rica en afloramientos que traen abundancia de nutrientes a la superficie y genera con esto una proliferación de plancton, que mantiene y hace crecer en los años subsiguientes los cardúmenes de peces que llegaron a la costa.

Por tanto un administrador inteligente, podría tomar en cuenta estos “criterios”, por encima de su “nivel de incompetencia”, para aprovechar la oportunidad de organizar pescas exploratorias controladas y monitoreadas meticulosamente, a fin de aprovechar la “efímera abundancia” y cuidar al mismo tiempo que los beneficios de la cautela administrativa, se manifiesten al pasar los años.

Estos criterios de administración pesquera no son nuevos, ya se usaron antes, un poco tardíamente,  en tiempos del Ministro Meier, con la anchoveta, de manera muy empírica, los resultados sin embargo están a la vista. Hoy la anchoveta es uno de los recursos mejor monitoreados del mar peruano. Y su control nos ha llevado a manejar una pesquería relativamente sustentable con una biomasa de entre ocho y nueve millones de toneladas anuales,  y que llego a tener una biomasa estimada inferior al millón de toneladas. Claro que para aplicar un criterio así, habría primero que definir que si estamos o no en un año “Pre Niño”, cosa que muchos sospechamos empíricamente.

De hecho, la capacidad de administrar recursos con cautela, no basta para ser un buen administrador. Los seres humanos que habitan las zonas costeras, dependen de los recursos marinos no solo para su alimentación, sino también para la generación de trabajo directo o indirecto. Y si un administrador cierra una pesquería por cautela, será para ellos lo mas cercano a un ser despreciable o aborrecible. Peor aun sin no es capaz de exponer sus propuestas a la población involucrada, por que el silencio es un real enemigo.

Es ahí donde el “Principio de incompetencia” comienza a jugar su partido. De nada nos sirven los técnicos si no encuentran la capacidad de solucionar un problema, que no solo es técnico, sino también político.

Y es que estamos acostumbrados a los “dogmas”, impuestos por nosotros mismos o nuestra sociedad. Dogmas donde las cosas son blancas o negras, positivas o negativas, claras o oscuras…chicha o limonada. Por eso incluso parece que no puedo compatibilizar mi deseo personal y ferviente de vivir junto al mar, buceando todos los días, con un trabajo de oficina frente a un computador. Nada mas falso, por que hoy gracias a la tecnología, ya existe la oficina móvil e incluso hace mucho que existe la casa móvil. Lo único que falta es la voluntad de querer hacerlo, rompiendo paradigmas y necias costumbres sociales que, podrían identificarnos como excéntricos. Pero si tienes amplio criterio, son muchas las cosas que se pueden hacer.

Sin embargo, la tarea de encontrar consensos sociales, mentales o simplemente términos medios se hace imposible, cuando encontramos inmensas vanidades y soberbias tormentosas, frente a intereses codiciosos, que solo ven el presente. Sin pensar en el futuro o en valores trascendentes como dar de comer al hambriento, proporcionándole alimento, nutrición y trabajo.

Mas de cincuenta años, siete accidentes graves y un cáncer, son razones suficientes como para no perder el tiempo de una vida que amenaza ser corta. La pasión por el mar y el atractivo aroma de las olas son tentaciones difíciles de vencer, que me hacen pensar todos los días, en caminos diferentes para lograr mis objetivos profesionales y personales, antes que los grandes intereses nacionales. Pero no puedo dejar de sensibilizarme por ellos, mas cuando todos los días revisamos cientos de mensajes y noticias sobre temas de actualidad marina pesquera, para compartir con nuestros miembros del foro. No es fácil ignorar el clamor y ansiedad de todos los actores del sector por soluciones viables a los grandes problemas del mar peruano.

Oannes, se creo para romper el silencio que hace 15 años existía entre todos los actores del sector. Nuestra contribución esta aquí en sus manos, hace 15 años no existía forma de interactuar como hoy lo hacemos cientos de miembros, en el Perú y el mundo entero. Muchos mitos han sido rotos, mucho se ha avanzado. Pero nuestra tarea no ha terminado, recién estamos comenzando.

El sector necesita propuestas de solución a los problemas que enfrenta, sin embargo en estos últimos tiempos, solo se leen quejas, llantos y demás protestas. No hay propuestas, solo vanidad, soberbia y codicia, aflora de nuestros mensajes, de ahí nace la desesperación y la incompetencia que hoy vemos. Creamos Oannes para generar propuestas, para intercambiar ideas que produzcan sinergias, que nos permitan aprovechar el presente y hacer realidad los sueños del futuro. Eso queremos ver y eso esperamos de todos los miembros.

Saludos.

Francisco J. Miranda Avalos
Presidente del Consejo Directivo





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