[OANNES Foro] La anchoveta y el ejemplo de Caral

ONG Oannes, Pdte. J. Directiva fmiranda en oannes.org.pe
Mar Mar 17 12:45:24 PDT 2009


Hola Milthon,

La verdad que El Comercio, nos está sorprendiendo gratamente en los últimos
días, ya que ha estado muy acertado con sus trabajos de investigación
relacionados con los temas marinos peruanos. Primero nos da este excelente
artículo de la anchoveta y después nos da una primera plana con una seria
denuncia sobre la pesca con dinamita. 
Ojala siga asi, y ojala también otros diarios nacionales se preocuparan mas
por publicar noticias sobre el mundo marino, ayudaría mucho para forjar una
cultura marina en el Peru.

Saludos.

Francisco J. Miranda Avalos
Presidente del Consejo Directivo

ONG OANNES
Foro Hispano Americano de Intercambio de Informcion sobre Temas de Mar.
Los Membrillos 109 A, Residencial Monterrico, La Molina, Lima.

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De: oannes-bounces en lista.oannes.org.pe
[mailto:oannes-bounces en lista.oannes.org.pe] En nombre de Milthon Lujan
Enviado el: Domingo, 15 de Marzo de 2009 11:40 p.m.
Para: Foro Hispano Americano de Intercambio de Informacion sobre Temas de
Mar
Asunto: [OANNES Foro] La anchoveta y el ejemplo de Caral

La anchoveta y el ejemplo de Caral

Por: Ruth Shady
El Comercio, Perú
http://www.elcomercio.com.pe 

En la etapa de formación de la civilización Caral, el recurso marino y, en
particular, la anchoveta (“Engraulis ringens”), tuvo un papel crucial para
balancear la alimentación de la población y para sustentar el desarrollo
social.

Hace 5.000 años, los integrantes de la sociedad Caral del valle de Supe y
los pobladores de otros valles del área norcentral intensificaron el
aprovechamiento de esta especie mediante la organización del trabajo
colectivo, la aplicación de una tecnología de pesca con redes de algodón, el
salado y secado masivo y su distribución a través de esferas de interacción
implementadas en el territorio regional e interregional.

Entre todas las especies que viven en el área norcentral del Océano
Pacífico, que ha sido calificado como uno de los mares más productivos del
planeta, la anchoveta ocupó un lugar preferencial en la mesa de los
habitantes de entonces debido a sus condiciones físicas que facilitan su
deshidratación y conservación y a sus propiedades nutritivas. Restos de
anchoveta han sido recuperados tanto en las viviendas como en los edificios
públicos de los asentamientos urbanos de la civilización Caral; esto revela
que fue utilizada en la dieta cotidiana y en los festines que se celebraban
en las ciudades y pueblos. Su importancia simbólica y su significado
sociocultural están indicados en el uso recurrente que se hizo de esta
especie en las ofrendas incineradas en los fogones de los salones
ceremoniales de los edificios piramidales. Por su alto valor nutritivo, su
contribución a la dieta alimenticia habría sido crucial para sustentar el
precoz desarrollo de la civilización Caral.

Mediante procedimientos de salado y secado sobre los cerros cercanos al mar,
las poblaciones de la civilización Caral conservaron y almacenaron este
pescado por largo tiempo. Con esta abundante especie marina se promovió,
primero, el intenso intercambio entre pescadores y agricultores y así,
mediante el comercio se enriquecieron determinados grupos, y se estableció
una compleja esfera de circulación de bienes en la que participaban
poblaciones de costa, sierra y selva en el área norcentral.

Con el intercambio de recursos, productos y diversos bienes, se dieron
también las transferencias de experiencias y conocimientos entre los
pobladores de las diferentes zonas ecológicas del territorio norcentral, que
habían ido produciéndolos en el transcurso de, por lo menos, siete milenios
de adaptación. Por este procedimiento, el conocimiento sobre plantas
domesticadas, como frijol, papa, maíz o el cultivo en terrazas, habrían sido
transmitidos por los serranos a los costeños, en tanto los selváticos les
daban información acerca del achiote, yuca o madera y plantas medicinales, a
cambio de pescado y moluscos secos, entre otros productos. Esta confluencia
económica, social y cultural interregional promovió el desarrollo en el área
y fomentó la formación de la civilización más antigua de América. Recordemos
que la civilización Caral se adelantó en producción de conocimientos en
ciencia y tecnología, así como en organización sociopolítica y vida en
centros urbanos en, por lo menos, 1.500 años a cualquier otro grupo social,
que poblaba el continente americano; y es tan antigua como los focos
civilizatorios del Viejo Mundo, Egipto, Mesopotamia, India y China.

Este patrón de pesca, distribución y consumo milenario se mantuvo hasta
mediados del siglo XX; se ha documentado la masiva pesca de anchoveta y su
secado en los cerros vecinos al litoral norcentral y, asimismo, la
continuidad del comercio de la anchoveta seca con pueblos de la sierra y de
la selva.

A partir de la organización de empresas para la transformación de la
anchoveta en harina de pescado y su comercialización reorientada al exterior
del país como alimento de animales, ya no se remitieron más los sacos de
anchoveta a los pueblos ubicados en los valles del interior del país. El
Estado central o local, sin embargo, no sustituyó este recurso alimenticio
por otro, que reemplazara los valores nutricionales de la anchoveta, lo que
ha traído como consecuencia fuertes carencias y limitaciones biológicas en
el desenvolvimiento humano, que se han mantenido hasta el presente.

Aspectos nutricionales

Actualmente, la American Heart Association y numerosas investigaciones
biomédicas señalan la importancia del consumo de pescado, específicamente
del pescado graso o azul, en la dieta cotidiana con la finalidad de prevenir
enfermedades cardiovasculares y estimular una adecuada nutrición. En el mar
peruano contamos con este tipo de pescados, como la caballa, el jurel, la
sardina, el atún, el bonito y en especial, por su abundancia y sus
excelentes características nutricionales, con la anchoveta, también conocida
en varios lugares con los nombres de boquerón, bocarte y seito.

Resulta incorrecto, y atenta contra los derechos de los peruanos, destinar
el uso de la anchoveta solo para la producción de harina de pescado, cuando
tenemos a un gran sector de la población de la costa, sierra y selva del
país con serias deficiencias nutricionales. Se hace necesario retomar la
tradición de nuestros antepasados caralinos, que sostuvieron una dieta
balanceada para ellos y para los habitantes de otros valles, enriqueciendo
su propia economía. En esas condiciones construyeron asentamientos urbanos
con arquitectura monumental, sus autoridades organizaron el espacio
construido y las actividades de cada población local y de la sociedad de la
cuenca, y sus especialistas se dedicaron a la ciencia y su aplicación
tecnológica. Son destacables sus logros en arquitectura, ingeniería,
genética, hidraúlica, astronomía, medicina, agronomía, entre otros. Se
adelantaron, así, en organización económica, social, política y en la
producción de conocimientos a otras poblaciones contemporáneas del Perú y de
América.

Recuperando la tradición

El Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe, con la colaboración del Dr.
Carlos Cavero, a quien debemos también la información nutricional, organizó
en junio del 2005, en el pueblo de Caleta Vidal en Supe, el Primer Festival
Gastronómico de la Anchoveta. El objetivo era promover la reinserción del
consumo de esta especie para mejorar la alimentación del poblador supano y,
por extensión, de los peruanos; y que podamos tener acceso a una
extraordinaria fuente de nutrientes a muy bajo costo. Esta actividad
pretendió recuperar comportamientos tradicionales en gastronomía y fomentar
la comercialización de esta especie en beneficio de los habitantes de la
costa y del interior del país. Entre los platos tradicionales que se
degustaron en aquella ocasión destacaban: charquican, picante de anchoveta
con olluquito, causa escabechada de anchoveta, cebiche de anchoveta al
estilo de Carquín y ensalada de anchoveta con pallares.

El mensaje transmitido, que reiteramos es: “Volvamos a consumir nuestros
pallares, papas, frijoles, olluquitos, combinados con anchoveta para
garantizar el normal desarrollo del cerebro y la inteligencia, así como el
adecuado funcionamiento cardiovascular”.

+ info
Entre los pescados grasos, la anchoveta destaca por su elevado contenido de
proteínas, calcio, fósforo, magnesio, hierro, vitaminas liposolubles (A, D,
E), vitaminas hidrosolubles (C, B1, B2) y Omega 3, además de otros minerales
como el yodo, el sodio y el potasio, pues supera en su contenido de estos
nutrientes a pescados de consumo habitual entre nosotros como la corvina, el
jurel, el lenguado, el pejerrey, entre otros.



-- 
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