[OANNES Foro] CRISIS OSTIONEROS EN TONGOY...Lobby contra el Peru?

Raul Sanchez Scaglioni resnsc en yahoo.com
Vie Oct 2 09:33:36 PDT 2009


¿La Comunidad Europea no acepta concha de abanico proveniente de bancos naturales?
 
 
Saludos,
 
 
Raúl Sánchez Scaglioni

--- On Fri, 10/2/09, ONG Oannes, Pdte. J. Directiva <fmiranda en oannes.org.pe> wrote:


From: ONG Oannes, Pdte. J. Directiva <fmiranda en oannes.org.pe>
Subject: [OANNES Foro] CRISIS OSTIONEROS EN TONGOY...Lobby contra el Peru?
To: "'Foro Hispano Americano de Intercambio de Informacion sobre Temas de Mar'" <oannes en lista.oannes.org.pe>
Date: Friday, October 2, 2009, 4:54 PM


*Lista Oannes, fundada el 11 de Octubre de 1996*


Hola todos,

Un amigo muy observador y buen lector me envió esta noticia con sus
comentarios, la revise con sumo cuidado y llegue a la misma conclusión que
el, me parece claro que en este articulo se describe sublimemente la
existencia de un “lobby” chileno en torno a la crianza de ostiones (conchas
de abanico) en contra de la producción en Perú basada en repoblamiento. Tal
cual mi amigo me comenta “Esto podría explicar tantas cosas...” y es que
suena raro o extraño que la Unión Europea nos ponga tantas trabas y
exigencias, pareciera que alguien les habla al oído en nuestra contra. Creo
igual que mi amigo, que para analizar este tema de la problemática de la
concha de abanico debemos poner esta variable en nuestra consideración y
antes de enfrentarnos tontamente entre peruanos, es hora de nos pongamos
todos la misma camiseta y de que nos defendamos de lo que parece ser una
peculiar y especifica agresión comercial, basada en la enorme dificultad que
tiene los criadores chilenos de ostiones para producir una especie que no es
aborigen para ellos, pero que para nosotros si lo es, con las consiguientes
ventajas que nos brinda la naturaleza. Debemos darnos cuenta que la única
historia que no se debe repetir es la de estar desunidos cuando nos atacan
desde el exterior. 

Atentamente.

Francisco J. Miranda Avalos
Presidente del Consejo Directivo

ONG OANNES
Foro Hispano Americano de Intercambio de Informacion sobre Temas de Mar
Los Membrillos 109 A, Residencial Monterrico, La Molina, Lima.

Tel/Fax: 51 1 4357346
Movil (Nextel) 51 1 99 831*2701
Email: fmiranda en oannes.org.pe
Web: www.oannes.org.pe



 
http://aquahoy.com/index.php?option=com_content&view=article&id=8578%3Ala-re
vuelta-siembra-marina-de-tongoy&catid=56&lang=es
 
La revuelta siembra marina de Tongoy 
Por Daniel Gómez Yianatos.
La Nación Domingo, Chile.

El cultivo del molusco fue importado hace 28 años desde Japón. Tras un
frustrado pasado minero y portuario, la localidad adoptaba una identidad
comercial innovadora, refrescante, con amplio futuro. La postal costera se
ha desdibujado desde 2007. El cierre de empresas debido a la escasa
rentabilidad del negocio mantiene en alerta a un pueblo que no se resigna
ante tanta adversidad.

Los parroquianos de la cantina San Carlos, ubicada en la vieja calle La
Serena de Tongoy, se conforman como pueden ante la ausencia de linternas.

En el balneario no hay escasez de faroles ni tampoco faltan botellas
pisqueras para celebrar las Fiestas Patrias con las respectivas “cuatro
pilas”. Tongoy carece de ostiones.

Varias empresas ya han decidido que no sembrarán moluscos en las pesadas
redes que el pueblo conoce como linternas. En los últimos 28 años, junto con
las ramadas y los volantines, septiembre traía numerosas ofertas laborales
para participar en la nueva temporada de cultivos.

San José y Centinela, que hasta ahora sumaban una producción anual cercana a
las 1.000 toneladas, cosecharán la biomasa que hoy tienen en el mar y luego
bajarán la cortina hasta nuevo aviso. No requieren gente para completar las
últimas faenas.

“Aquí se vive una agonía terrible. Los despidos están a la orden del día y
todo indica que en 2010 vendrá el peor corte”, admite Benita Vega, dirigenta
de la Federación Pesquera Acuícola de Trabajadores.

Cerca del 90% de los 9 mil habitantes de Tongoy está ligado a la producción
de ostiones. Es un pueblo especial. Por años, la localidad sirvió como punto
de embarque de minerales. También se fundía cobre en hornos cuyas chimeneas
esparcían humo por todos lados.

Incluso dependía administrativamente de Ovalle, no como ahora, que está bajo
el alero de Coquimbo, el puerto que siempre lo opacó como sitio de atraque.
Sus intentos de independencia han sido sólo ejercicios inútiles de
soberanía.

Nada más. Sin bandera ni himno, la gente entendió que con la autonomía
económica, sustentada en los ostiones, era suficiente.

El turismo sería la otra fuente de ingresos. Estas fortalezas permitirían
romper con el desarraigo genético de sus habitantes, presente incluso en el
escritor Víctor Domingo Silva, hijo ilustre que apenas cumplió 18 años se
echó a volar.

Quizás no sería un lugar perfecto ni generoso en anécdotas, pero sí hermoso,
tranquilo y cómodo. Hasta hace un par de años, el hecho pop más importante
era el fortuito encuentro entre Carlos Cabezas y Carlos Medina en la Playa
Grande a comienzos de los ’80, germen de la banda Electrodomésticos.

El descalabro de la industria del ostión, que se adelantó unos meses a la
crisis financiera mundial de octubre del año pasado, desdibujó esta postal
costera. La fuerte competencia con Perú y la brusca caída del precio -desde
US$15 a US$8 por kilo- desvanecieron la paz cultivada por años.

Muchos jóvenes, tal como el autor de “Golondrina de invierno”, quieren huir
para no vegetar a la espera de una reactivación de la que sus mismos padres
dudan.

“El 87% de los habitantes de Tongoy tiene una relación con la industria.
Obviamente si viene un colapso o un cierre importante de actividad, la
comunidad se verá afectada. El futuro no está nada de claro”, reconoce
Ivonne Etchepare, gerenta general de la Asociación de Productores de Ostras
y Ostión de Chile (Apooch), entidad que podría incluso disolverse en los
próximos meses debido al desistimiento de sus socios por permanecer en la
actividad.

Las linternas de oriente

Shizuo Akaboshi es el padre de la industria del ostión en nuestro país. En
1981, tras un acuerdo entre Chile y Japón, el gobierno nipón lo envió
directamente a Tongoy con el fin de explicar la conveniencia de su modelo de
cultivo.

Como ya había cumplido una misión similar con la producción de ostras en
Brasil, el profesor Akaboshi intercambió en “portuñol” su experiencia con
los académicos de la Universidad Católica del Norte (UCN), encabezados por
Enrique Illanes. Se escogió Tongoy como sede de prueba por la presencia de
bancos naturales del molusco, cuyas semillas podrían facilitar su expansión
con apoyo humano.

Estos núcleos se rescataron antes que los cambios de temperatura generados
por la corriente de El Niño extinguieran los ostiones que circulaban
libremente.

“Fue un trabajo que partió de cero. Pese a los actuales problemas, no hay
que olvidar que siempre habrá demanda de mariscos. Los pescadores de Tongoy
seguirán trabajando, porque el sistema familiar está aguantando la crisis,
pese a los bajos precios. A los chicos les ayuda tener menos costos que los
grandes. Ahora es necesario agregar valor al producto con nuevas
preparaciones, como el ostión parmesano”, plantea con optimismo Akaboshi,
quien, tras su jubilación en Japón, se radicó en Chile y hoy se desempeña
como académico de la Facultad de Ciencias del Mar de la UCN.

Pesquera Golfo -controlada por el grupo Yaconi-Santa Cruz, propietario de
las multitiendas ABC-DIN y Lipigas- es una de las empresas grandes que
desechó el negocio de los ostiones. Su filial alcanzó a tener cerca de 200
empleados.

Aunque su base estaba en Antofagasta, las adversidades que gatillaron su
cierre son las mismas que hoy sufren las compañías de Tongoy. Gracias a que
su foco está en la captura de jurel en el sur, El Golfo rápidamente dio
vuelta la página.

“El negocio tiene escasa viabilidad en Chile. Los peruanos tienen mano de
obra más barata y aguas más caliente en promedio, lo que facilita la
aparición natural del molusco. Es muy difícil ir contra natura. Es como
cultivar salmones en Guayaquil”, señala Alberto Romero, gerente general de
Pesquera El Golfo.

El duelo con Perú

El negocio parecía fácil. A diferencia de la pesca extractiva, que exige el
despliegue permanente de una flota, el cultivo de ostiones era práctico y
manipulable. También más barato en relación al cultivo de salmones, porque
los moluscos se alimentan sólo de algas y organismos acuáticos.

Chile cerrará este año con una producción de 2.500 toneladas e ingresos por
US$20 millones, en línea con el desempeño de los últimos años.

En 2010 la merma será considerable por el impacto de la paralización de
firmas como Centinela y San José, los cierres más importantes confirmados
hasta el momento.

En cambio, Perú, sólo de forma natural, debería llegar a las 4.000
toneladas. Los comerciantes del vecino país están al tanto de los reclamos
chilenos en cuanto a que sus “conchas de abanico”, como llaman allá a los
ostiones, no cumplen con las normas sanitarias que exigen los mercados que
pelean.

En internet, hay varios foros en que los peruanos descalifican los lamentos
chilenos, en un tono similar a la más mediática rivalidad por el origen del
pisco.

“Hay una competencia desleal, porque los peruanos están obteniendo los
ostiones de bancos naturales y no tienen mayores restricciones. Aquí hay una
serie de normativas. En Perú, se está depredando el recurso con mano de obra
barata, entonces pueden llegar a un nivel de costo muy bajo”, critica Mónica
Olivares, una de las encargadas de ProChile en la Región de Coquimbo.

Según Roberto Robledo, ejecutivo de la Comercializadora Bahía Tongoy (CBT),
“el efecto de Perú pesa mucho. Allá los bancos naturales todavía existen.
Pese a que la Comunidad Europea no acepta ostiones de ese tipo, los peruanos
los blanquean a través de los cultivos que tienen. Lo toman del banco, lo
meten a cultivo y pasa piola”.

Francia es el principal mercado de exportación. En el caso chileno, acapara
el 90% de los envíos, pese a que desde hace cinco años se ha intentado
conseguir nuevos destinos. “Hemos planteado la situación de Perú a los
franceses, pero el problema es que comprobar la irregularidad resulta muy
difícil”, indica Robledo.

CBT es un consorcio conformado por cinco empresas pequeñas de Tongoy, todas
desarrolladas por pescadores artesanales.

Antes que se implementara el modelo japonés de cultivo, trabajaban con los
ostiones naturales. “Cuando los bancos se terminaron, no nos quedó otra
opción que dedicarnos al cultivo. Con el tiempo, pensando en abordar la
demanda nacional, unimos fuerzas”, recuerda Robledo.

Con una producción anual de 130 toneladas, CBT ha trabajado este año bajo
costo. Producen el kilo a US$10 y lo venden a US$8.

De acuerdo a sus cálculos, si el escenario no mejora, probablemente
aguantarán sólo hasta mediados de 2010.
“Estamos convencidos de que existen posibilidades que el negocio siga, pero
sabemos que hay un riesgo importante. Si las condiciones empeoran, el
problema se agudizará en Tongoy”, señala Robledo.

Se ha proyectado una pérdida de 2.000 empleos producto de la crisis. Ivonne
Etchepare asegura que, hasta ahora, no ha habido más de 100 despidos. Sin
embargo, la dirigenta gremial admite que existe la posibilidad de que las
desvinculaciones se disparen en el corto plazo.

“Si no se corrige la situación, no hay mejoras en fallas estructurales de
mercado, no se recupera la competitividad sectorial ni se reposiciona el
ostión chileno en el mercado europeo, el futuro seguirá incierto y se
podrían perder los 2.000 empleos”, afirma.

Esta cifra incluye los trabajos indirectos o servicios relacionados, como
las plantas de maquila que limpian y congelan los ostiones.

Desencanto juvenil

En Santiago, hay liceos comerciales que tienen salas de supermercado en sus
patios. Los locales cuentan con avisos publicitarios, cajas registradoras y
góndolas con productos, escenografía ideal en la recreación del hervidero
comercial en los ramos prácticos. Difícil abstraerse ante un destino tan
manifiesto en los recreos.
En el Liceo Marítimo de Tongoy sucede algo similar. Con una malla orientada
hacia una actividad acuícola evidentemente desmejorada, algunos alumnos han
acumulado una fuerte frustración.

Se rebelan ante un futuro que sienten impuesto, mientras muy cerca de ellos,
en la cabecera oeste de la playa Socos, gente de su misma edad disfruta
panoramas relajados en el centro turístico Puerto Velero.

Ya superada la etapa escolar, varios desertan del molde sin más horizonte
que pasar el día. En el balneario asumen que es uno de los factores que ha
fomentado el consumo de alcohol y drogas.

Los afuerinos que alojan en La Isla, zona compuesta casi exclusivamente por
casas de veraneo, ya han bautizado al resto de Tongoy como el barrio chino,
denominación que en todas partes es sinónimo de bajos fondos, marginalidad y
desorden.

Hace poco más de un año, Tongoy llamó la atención del país debido a una ola
de suicidios juveniles. Luego que se descartara que los siete jóvenes
fallecidos tuvieran un pacto fatal, las autoridades se han empeñado en
atajar el desencanto juvenil.

El seremi del Trabajo de Coquimbo, Cristián Martínez, reconoce que la
frustración laboral incidió en la depresión de los jóvenes fallecidos.

“Acabamos de certificar un curso de capacitación para 65 jóvenes, quienes
habían solicitado apoyo al Estado. Ellos mismos definieron en qué áreas
querían especializarse. Así hubo cursos de conducción de maquinaria pesada
en la minería para quienes piensan trabajar en otras regiones y también
otros cursos de administración, contabilidad y gestión.

También queremos modificar los programas del Liceo Marítimo, porque su
principal carrera es la acuicultura. Hay que buscar otras alternativas,
porque los jóvenes quedan remitidos a desarrollarse sólo en Tongoy”, plantea
Martínez.

El gobierno regional dispuso de un plan de intervención social en áreas como
trabajo, salud, educación y policial para detener el fenómeno generalizado
de depresión.

“Esto ha permitido frenar los suicidios, empoderar a los jóvenes y dar otra
mirada al trabajo”, enfatiza el seremi.

Consultado por las malas proyecciones de la industria del ostión, que
podrían socavar los avances mencionados, Martínez asegura que existe la
voluntad privada y pública por sacar a flote esta actividad.

“Con herramientas como la bonificación por contratación y el subsidio a la
contratación de jóvenes, el sector del ostión debería ir bajando sus costos
operacionales para tener una mayor utilidad”, asegura.

Tongoy pudo ser el lugar de entierro del tesoro de Francis Drake. Pudo ser
un activo puerto o un reducto de fundición de metales. No fue nada de eso.
Después de 28 años cultivando ostiones, el balneario no quiere cambiar otra
vez.




      
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