[OANNES Foro] Control y sustentabilidad: Conceptos claves para una nueva Ley General de Pesca.

[Presidencia Oannes]

Amigos de Oannes.

Surgida del Decreto Ley Nº 25977,  la Ley General de Pesca que nos dejo el gobierno de Fujimori en diciembre de 1992, es hoy día obsoleta. Y no solo por que los tiempos cambian, sino por que al igual que en los tiempos de Luis Banchero Rossi y Javier Tantalean Vanini, la pesquería peruana tiene que hacer camino al andar.  
  
Es la pesquería mas importante del planeta, uno de los caladeros mas ricos y mas ambicionados por las diferentes flotas pesqueras del mundo. Pero sobre todo no existen recetas apropiadas para su administración, por que  al ser única, los peruanos debemos asumir la responsabilidad de administrar una riqueza que podría convertirse en la reserva de proteínas de la humanidad.   
  
Sin embargo esto no es escusa para que un grupo de profesionales que no tienen conocen nada del sector sean los llamados a improvisar normativas y ordenamientos, que lo único que han hecho en los últimos años es enredar y transformar la pesquería peruana en una maraña de vericuetos legales, que hoy nos tienen estancados y enfrentados en un mar de problemas, antes que en un mar de oportunidades.
  
Lo hemos dicho muchas veces, la historia de la administración de la pesquería nacional, ha sido escrita, por abogados, vendedores, economistas, militares e incluso antropólogos, y de los pocos ingenieros pesqueros que han asumido la responsabilidad de la administración; uno nos dio la hoy ya obsoleta “Ley General de Pesca” y el otro no tuvo tiempo de  acomodarse en el sillón, por que fue cambiado por un iluminado economista, que quiere ordenar, sin conocer el lugar de las cosas.
  
El caso es que la “Ley General de Pesca” fue diseñada en otros tiempos, con otras premisas, con otros conocimientos y en otra realidad del mercado.  En aquellos tiempos, el producto mas atractivo y mas rentable con la realidad de infraestrutura industrial y de flota que teníamos era la producción de harina y aceite de pescado para consumo animal. Era una realidad distinta, que satisfacía el facilismo de muchos pesqueros peruanos hartos de una normativa de los tiempos de Tantalean, que los obligaba a hacer productos de consumo humano directo primero, y solo harina y aceite de la reducción de los residuos. También había un detalle importante,  la sardina fue durante esos tiempos la especie predominante, por que nuestra anchoveta ya había sido golpeada por los esfuerzos pesqueros de Banchero y solo logro su recuperación precisamente durante los años del oncenio fujimorista.
  
Hablar de productos de consumo humano directo, con una anchoveta que regresaba a nuestras costas, era regresar a un escenario vivido años atrás, cuando Tantalean decidió establecer la primera fabrica conservera de anchoveta en Ilo. Que precisamente el oncenio fujimorista privatizo,  sin siquiera haberla sacado de sus cajas.  Porque la “Ley General de Pesca” y sus modificaciones promovieron el uso de la anchoveta para la producción de harina y aceite de pescado. Mientras muy tímidamente, un Instituto Tecnológico Pesquero, desmitificaba los efectos “alergénicos” de la anchoveta y desarrollaba en paralelo una gran diversidad de productos de anchoveta para consumo humano. Mas de cien, algunos de los cuales habiendo sido desarrollados en esa época, fueron presentados con total desvergüenza, hace poco, como los grandes  logros  del  ahora llamado “Instituto Tecnológico de la Producción” por una ministra que realmente, no solo no sabe de pesquería, sino tampoco de su historia.
  
El hecho es que ahora las palabras claves de la pesquería nacional son “Control” y “Sustentabilidad”.  Dos conceptos relativamente nuevos, pero que los verdaderos pesqueros comprenden mejor que nadie, ya que representan el futuro de la actividad. Y es que si para desenredar la maraña pesquera necesitamos poner énfasis en la refrigeración de las  capturas, para asegurar su calidad. Nada podremos hacer sin el control de capturas y descargas de toda la flota nacional, incluyendo la flota artesanal, y mucho menos tendremos futuro si no somos capaces de asegurar la sustentabilidad de todos y cada uno de nuestros recursos pesqueros empezando con la anchoveta, por supuesto.
  
Para que las normas sean cumplidas, es necesario que sigan un curso natural, es decir, que exista una coherencia tal que el mismo empresario llevado por su necesidad de rentabilidad las impulse. En este escenario el estado no deja de tener  obligaciones con la pesquería, por supuesto que si; ya que debe asegurarse de nutrir mejor al peruano usando las proteínas del mar y darle al empresario las herramientas legales, para convertir al país en una verdadera potencia pesquera basada en un estricto control y sustentabilidad de los recursos.
  
Hoy productos como la harina y aceite de pescado tienen valores que superan los US$20,000 por TM, diez o quince veces mas de lo que vale la tonelada del mismo producto para consumo animal.  Ni que decir del precio de los productos de conservería, congelados o seco salados, que aunque modestos siempre representan un valor agregado a los productos. Tenemos entonces un escenario distinto.
  
De hecho en los años en que se dio la Ley General de Pesca, el aceite de pescado casi no tenia valor, tanto así que se usaba en algunos casos para alimentar los calderos de las plantas en lugar del petróleo bunker. Hoy nadie se atrevería ha usar el aceite con ese fin. Ni siquiera el petróleo bunker, por que es mas económico y además ecológico, alimentar los calderos con gas natural o GLP.
  
Los tiempos han cambiado y ya es hora de renovar la pesquería, poniendo en debate una nueva “Ley de Pesca y Acuicultura”.  Por que  en los próximos años la acuicultura abastecerá mas peces que la pesca misma. De hecho la harina y aceite de pescado para consumo animal que producimos esta abasteciendo el desarrollo de  la acuicultura de países lideres en la materia como China, Vietnam y el mismo Chile, que ya no se da abasto con su propia producción de harina y aceite.
  
Pero también los  mercados piden una harina y aceite de pescado para consumo animal de mejor calidad, no solo secada al vapor para bajar el nivel de cenizas, sino también elaborada de una materia prima con un alto nivel de frescura.
  
El control de la flota y sus descargas, así como el aseguramiento de la sustentabilidad de todos y cada uno de los recursos,  comenzando por la anchoveta, son ahora la prioridad y la clave para una nueva “Ley de Pesca y Acuicultura”, que permita el crecimiento exponencial del sector. Esta nueva normativa no debería preocuparse por el destino  o uso del recurso, por que con las condiciones actuales del mercado y la búsqueda de la rentabilidad de los empresarios, las exigencias en la calidad de la materia prima, vendrán del mismo empresario, que con el tiempo no recibirá una anchoveta sin refrigeración. Por el contrario, se preocupara de la calidad de la materia prima, si es que quiere un espacio en el mercado.
  
Pero también deberá preocuparse por la sustentabilidad, valga decir, asegurar en la pesquería nacional, la cuota permisible de pesca, basada en un estudio serio de la biomasa de cualquiera que sea el recurso. Tener muy clara la protección de los juveniles y sus tallas minimas, con una adecuada determinación de zonas de captura y sistemas de pesca mas selectivos que permitan el escape de juveniles. Y por supuesto un respeto estricto de los periodos de veda  de cada una de las especies objetivo, una de las cuales es sin duda la anchoveta.
  
Pero además, esta nueva normativa, debe poner el ojo en el desarrollo de la acuicultura nacional basada en especies nativas. Ya que tenemos claro, que para el Perú los acuicultivos mas exitosos han sido precisamente los nativos, como el caso del langostino y la concha de abanico, que todavía faltan desarrollar mucho mas. Ni que decir del lenguado nativo, hoy una empresa peruana en Culebras (Ancash) ha logrado domesticarlo y otra empresa coreana, en Tambo de Mora sigue sus pasos. Pero no debemos perder la vista de especies como el Paiche por ejemplo, que siendo amazónica, se puede criar en la costa peruana, tal como lo hace ya en Tumbes una empresa peruana y en Arica una empresa chilena.
  
La acuicultura de especies nativas del mar peruano, es sin duda una realidad que requiere de un impulso para su desarrollo, pudiendo convertir al Perú en una potencia acuícola, no solo por la riqueza gastronómica de sus especies nativas, sino por que además cuenta con recursos extraordinarios para su desarrollo, como es el alimento basado en harina y aceite de pescado.
  
Esta nueva  ley, debe contemplar darle su lugar al nuevo Ministerio de Pesca y Acuicultura del Perú, algo que no solo reconocería la enorme importancia del sector,  sino también el mar de oportunidades que representa.
  


Francisco J. Miranda Avalos
Presidente de la Junta Directiva


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