[OANNES Foro] La farsa de las cinco millas y el año de la pesca artesanal en el Perú

ONG Oannes - Pdte. J. Directiva fmiranda en oannes.org.pe
Vie Jul 1 10:00:03 PDT 2022


Amigos de Oannes,

Compartimos con ustedes la editorial publicada en nuestro portal de
"Oannes, Señor de las Olas".

A mucha gente no le gusta mi opinión y algunas personas piensan que la
naturaleza de la misma siempre es producto de los intereses que nos
patrocinan y con los que concertamos nuestras publicaciones, por supuesto
nada de esto es cierto. Y en las últimas semanas, debido a mis comentarios,
nuestro foro ha sido objeto de insultos, acusaciones y diversos actos que
buscan desprestigiar nuestra institución y nuestro trabajo.

Solo soy un apasionado por el mar, su conservación y abogó por una gestión
sostenible de sus recursos, debido a que soy deportista y pescador
artesanal de orilla altamente selectivo practicando la pesca submarina a
pulmón, desde hace más de 45 años, conociendo la costa peruana, por mar,
tierra y aire, de Tacna a Tumbes. Y respetando como a nadie al pescador
artesanal peruano, con el que más de una vez hemos compartido horas de mar.

Imagino a un pescador artesanal, con embarcaciones modernas, seguras,
económicas, con artes selectivos de pesca, redes con medidas apropiadas,
anzuelos selectivos, trampas, etc. Un pescador que puede respetar vedas y
disposiciones en pro de la sostenibilidad de sus recursos, saliendo
frecuentemente a lugares de pesca cercanos por que su caladeros están
repoblados por técnicas acuícolas, volviendo a su casa al final del día o
de la noche con pesca en su pequeña bodega que conserva el frío, para la
frescura de sus pescados o mariscos. Lo imagino, bien educado y capacitado,
llegando a puerto y vendiendo su captura en una subasta, donde el pescado
fue clasificado y lavado para dividirlo en lotes a vender, en un ambiente
refrigerado. La pesca luego es distribuida a hoteles, restaurantes y
afines, por que un producto fresco tiene muy alto valor y esto produce
riqueza al pescador. Algunos de esos pescadores, podrían también ser
acuicultores, engordando juveniles de peces nativos en jaulas flotantes
para llegar al mismo terminal y subastar su cosecha. Imagino a un pescador
artesanal que en sus tiempos libres, lleva turistas en su barca; a ver
lobos marinos, nutrias, bucear en arrecifes naturales o artificiales con
propósitos artísticos y de atracción de vida.

Aquel verdadero apasionado por el mar, agoniza sin escuchar sus olas, oler
su aroma y retarlo alimentándose de él o de ella. Porque muchos pescadores
le dicen “la mar”. Caprichosa y siempre sensual, la mar llevó a Jose Olaya
Balandra sobre sus olas, sabiendo que moriría por su patria y por su mar.

Soy un apasionado del mar, ¡claro que sí!. Pero además, mi ejercicio
profesional y empresarial me ha permitido trabajar en diversos ámbitos del
sector pesquero peruano privado, desde la pesca, producción o
comercialización internacional, durante 42 años. Me he dedicado a
promocionar una visión holística sobre la pesca y la acuicultura, nacional
y mundial; y presido una organización sin fines de lucro que revisa,
clasifica, archiva y distribuye información sobre temas de mar desde hace
más de 25 años, viendo de manera integral el sector, algo que además se
manifiesta siempre en todas nuestras publicaciones.

Y más de una vez, algunos de nuestros patrocinadores, nos han “vetado” y
quitado su apoyo por nuestra forma de pensar o manifestarnos, sin que eso
afecte nuestra línea de pensamiento.

Siempre hemos sido consecuentes y proponentes. Desde hace más de 25 años
defendemos la creación de una “Zona de protección para la reproducción de
las especies y crecimiento de juveniles” en el borde costero peruano,
basándonos en nuestros conocimientos y experiencia, por que creemos que es
fundamental para la supervivencia del pescador artesanal y la forma como lo
imagino o imaginamos. Y consideramos que el estado peruano así como muchos
opinólogos utilizan el término “ecosistémico” sin realmente entenderlo. Y
esto es para nosotros; la “llave” (the key) de todo.

El borde costero peruano, es el ecosistema menos estudiado de los medio
ambientes del mar peruano, y es el área de mar donde el verdadero pescador
artesanal peruano, embarcado y no embarcado, desarrolla sus capturas desde
hace centurias y donde además, existe la mayor biodiversidad, siendo base
de la gastronomía peruana, que siempre llamó a estas especies de peces,
como “peces de roca”, algo que deberían recordar algunos chef nacionales.

Para una administración ecosistémica, es fundamental comprender los
diferentes ecosistemas que tiene nuestro mar y los actores que los
usufructúan, entendiendo esta correlación.

Pero no vemos definiciones correctas del ecosistema del borde costero y
algunas ONGs supuestamente defensoras del mar, ahora se sienten defensoras
de un pescador artesanal, que para ellos es solo una pieza de su gran juego
de ajedrez, por que tienen grandes intereses económicos que las respaldan.
El problema de los intereses, no es que existan o no, sino que cuando un
grupo discute democráticamente sus intereses, estos deben estar siempre
sobre la mesa, no debajo de ella.

Oannes jamás ha negado un patrocinador, pero quien nos patrocina sabe por
qué hacemos lo que hacemos y no siempre estamos de acuerdo con lo que hacen
ellos. Más transparencia no puede haber, nuestros patrocinadores que
quieren anunciarse tienen un espacio publicitario en el marco de todas
nuestras informaciones.

Estas organizaciones tienen un importante poder económico, son capaces de
pagar mucho personal, equipos de trabajo y medios, etc. Accionan
tendenciosamente sobre diversos funcionarios públicos del sector,
incluyendo congresistas, que jamás han salido de sus escritorios, mucho
menos amarrado un simple anzuelo o simplemente no tienen la más mínima
formación en ciencias del mar, de la pesca, acuicultura o medio ambiente, y
logran introducir leyes a su medida en la pesca o acuicultura. Minas que
luego de unos años explotan, causando caos y desastre en el sector.

He consultado a muchos de nuestros amigos abogados miembros de la Lista
Oannes, antes de escribir esta editorial, la coincidencia es total. Las
modificaciones que el Sr. Quito pretende hacer, son destructivas para la
pesca peruana y la acuicultura en general.

La actual Ley General de Pesca, que se pretende modificar, fue elaborada en
un proceso de casi 2 años, con la participación de muy diversos actores,
verdaderamente representativos del sector pesquero peruano e incluso con la
participación de la FAO.

En el último predictamen publicado por el Sr. Quito, podemos apreciar un
proceso apuradisimo que pretende la aprobación de una nueva Ley General de
Pesca, con la participación de algunos actores que no sólo no son
representativos del sector, sino que además, los actores que sí lo son,
están excluidos o minimizados, por no decir basureados. En nuestro caso, la
carta enviada por nosotros al congresista Jaime Bernardo Quito Sarmiento a
través de la Mesa de Partes Digital del Congreso de la República, con el
asunto: OPINIÓN SOBRE PROYECTO DE LEY 828/2021-CR y registrada con el RU N°
848806, no es siquiera mencionada en su contenido. Menos mal que la
publicamos en nuestro portal web. (
https://www.oannes.org.pe/editorial/nueva-ley-general-de-pesca/)

Para nosotros es sumamente importante definir el ecosistema del borde
costero como: Aquella área de mar, cercana a la costa, dentro de la zona de
luz (de 0 a 80 metros de profundidad), con variados tipos de fondos
(rocosos, arenosos y fangosos) donde viven diversas especies y se
desarrolla la reproducción así, como el crecimiento de los juveniles de
otras, que no necesariamente habitan en el borde costero.

Si queremos ser más específicos, podemos agregar a nuestra definición, el
concepto de la Zona Mínima de Oxígeno (ZMO), que puede dividir este medio
ambiente de la Zona de Luz en dos partes, donde una concentra más
diversidad y comunidades vitales, que la otra.

Como pueden apreciar, para la definición de esta zona, no he usado para
nada el criterio de distancia de la costa, sino más bien el de la
profundidad. Algo que hemos defendido durante años, para la creación de una
“Zona de protección para la reproducción de las especies y crecimiento de
juveniles” en el borde costero peruano, que es lo que realmente nos
interesa.

Definir esta zona, por la distancia de la costa (5 millas) desde mi
perspectiva es más política que técnica. Por qué específicamente en el mar
Peruano, podríamos encontrar diferentes formas de configuración de los
fondos a lo largo de la costa y una sola manera de definir este espacio no
sirve a nuestras reales necesidades de administración ecosistémica pesquera
o acuícola, y preservación o conservación. Para este fin podemos usar dos
criterios a nuestra conveniencia, la profundidad y la distancia de la costa.

De hecho algunos de nuestros detractores, sostienen que el criterio de
profundidad tendría problemas para su control y vigilancia, algo que
definitivamente denota su ignorancia; por que es perfectamente factible
establecer puntos virtuales con la tecnologia actual, sobre las isobatas
que la Dirección de Hidrografía y Navegación, de la Marina de Guerra del
Perú, tiene adecuadamente identificadas, cruzando esta información con la
del actual sistema de control satelital de pesquerías que cuenta el
Ministerio de la Producción.

La costa peruana está llena de bajíos y arrecifes rocosos. Esto está
descrito en libros tan antiguos como el de Erwin Schweigger, que los
identifica como parte de lo que él denomina la “antigua cordillera de la
costa”, y en algunos casos, sobre todo en la zona norte, se extienden más
allá de las cinco millas, de la misma manera que en la costa sur del país,
los fondos rocosos, planos o cavernosos, que son la continuación de los
acantilados costeros no se extienden más allá de 2, 3 o 4 millas, y más
bien se proyectan a profundidades en muchos casos superiores a los 200
metros, es decir más profundo que el clásico concepto de plataforma
continental. Esto está totalmente documentado por la Dirección de
Hidrografía y Navegación, de la Marina de Guerra del Perú, así como en
numerosos informes del Instituto del Mar del Perú.

Para la biodiversidad es importantísima la presencia de la luz, por que
dentro de esta “zona de luz” ampliamente descrita y definida hasta por el
mismísimo Jacques Cousteau, es donde se dan la mayoría de los procesos
vitales del mar y además numerosas investigaciones marinas inciden en que
la presencia de oxígeno es tan importante como la luz del sol para estos
procesos.

Para un ecosistema marino costero la luz, el oxígeno y el tipo de fondo,
son tres elementos básicos para la presencia de determinadas especies. Las
especies que habitan en un fondo rocoso cavernoso, no necesariamente son
las mismas que habitan en un fondo rocoso plano con praderas de algas, un
fondo arenoso, o un fondo de canto rodado o fangoso de la desembocadura de
un río.

Nuestra organización se ha esforzado por años para promover la
investigación del borde costero desde esta perspectiva y por eso llamamos a
muchas de las especies que habitan este ecosistema como la “fauna olvidada”
y por ello consecuentemente nos involucramos en la fotografía submarina,
para mostrar a todos los peruanos lo que existe debajo de las olas del mar.
Esto es algo que muy pocos parecen comprender, así como tampoco parecen no
entender la correlación que estos ecosistemas tienen con la pesca
artesanal, que tampoco está correctamente definida, porque además, no toda
la pesca artesanal peruana, “tal como la define la actual ley”, usufructúa
este ecosistema.

La Ley General de Pesca Peruana actual, define la pesca artesanal como
aquella que se practica con embarcaciones de máximo 15 metros de eslora,
32.6 m3 de capacidad de bodega y predominio del uso manual de los aparejos
o artes de pesca. Esta definición, es la herencia de una administración
pesquera basada en recursos pelágicos y demersales, no costeros. Y además
no tiene absolutamente nada de ecosistémica, como diversas ONGs extranjeras
pretenden vendernos.
De hecho existen pesquerías artesanales, que pueden tener cierto grado de
mecanización, como sucede con la pesquería del halibut en Alaska por
ejemplo. Donde la investigación de este recurso y su ecosistema, ha
permitido una pesquería de anzuelo, regida por cuotas, temporadas de pesca
y el uso de embarcaciones pequeñas con tres o cuatro tripulantes, que puede
considerarse como artesanal. Obviamente el ecosistema costero peruano y su
biodiversidad es diferente a la de Alaska. Y requiere de soluciones a
medida, comenzando por la correcta definición del ecosistema y del actor
que lo usufructúa.

Para nosotros la pesca artesanal se reduce exclusivamente al “pescador
artesanal de orilla, embarcado o no embarcado”, un actor ancestral en el
país y que históricamente el estado peruano ha deseado proteger, pero nunca
promocionar o incentivar. Este actor, heredero de un conocimiento
ancestral, usufructúa el ecosistema del borde costero y las diversas
especies que habitan en él con artes que pueden ser altamente selectivas o
no. Algo que es indispensable regular, vigilar y controlar adecuadamente,
por que en muchos casos estas artes, determinan “malas prácticas”
pesqueras, que agotan las especies o destruyen su hábitat. Es una lucha
infernal e inacabable entre pescadores buenos y malos.
El no embarcado, es un pescador que usa anzuelos, ganchos, arpones y otras
artes, recorriendo las orillas de la costa peruana, sus playas y
acantilados para ejercer su práctica pesquera. En el Perú, los conocemos
con muchos nombres como: rascaplayas, pinteros, saltamocheros, pulmoneros,
algueros, etc.

El embarcado, se caracteriza principalmente por ser un navegante, que nunca
se aleja de la distancia de la costa, puede recorrer distancias mayores a
15 millas si navega de la costa a muchas de las islas del litoral. Pero sus
caladeros o zonas de pesca preferentes, siempre están en el litoral,
ligadas a los fondos más biodiversos o ricos, como los rocosos cavernosos o
los planos con praderas de algas, que ofrecen refugio a muchísimas especies
de peces, conocidos por la gastronomía peruana como “peces de roca”.

Este pescador, puede usar embarcaciones pequeñas a remos como una balsilla
o un caballito de totora, botes con motores fuera de borda, dotados con
artes como redes de cortina o anzuelos y también compresoras de aire, para
la los buzos que preferentemente se dedican a la extracción de mariscos.

Cualquier otro pescador no comprendido dentro de este concepto y que
usufructúa otro ecosistema del mar peruano, no es para nosotros un
“pescador artesanal de orilla” y además no debería formar parte de un
régimen artesanal dentro de la ley. Configurando nuestro sector con solo
dos tipos de pesquerías, la artesanal y la industrial, sea de consumo
humano directo (CHD) o consumo humano indirecto (CHI), de pequeña o de
mayor escala.

A este “pescador artesanal de orilla” se le puede permitir la pesca
debidamente regulada dentro de una “Zona de protección para la reproducción
de las especies y crecimiento de juveniles” en el borde costero peruano,
por que su esfuerzo pesquero y las artes que se le permitan usar deben ser
altamente selectivas.
Obviamente, el estudio del borde costero y de las especies de este
ecosistema tan particular y biodiverso, nos puede llevar a la adecuada
determinación de sus periodos de veda, cuotas, manejo costero y
domesticación de algunas de sus especies más valiosas.

De hecho esta concepción cambiará de manera tajante, la cantidad de
“pescadores artesanales” que nos muestran los censos o las encuestas (ENEPA
I, II y II) realizadas por el IMARPE, así como cualquier otra encuesta
sobre la pesca artesanal. Porque reduciría el número actual a un 15%, que
son en realidad los “pescadores artesanales de orilla”. Facilitando su
administración, hoy asignada a los gobiernos regionales.

Cualquier otro pescador o armador (dueños de embarcaciones) no comprendidos
dentro de este concepto, deben contribuir con el estado peruano sin
excepciones de impuestos, con un adecuado régimen laboral, y sus
embarcaciones deben ser dotadas con conceptos de seguridad en el mar,
estipulaciones sanitarias, sistemas de conservación o preservación a bordo,
habitabilidad, autonomía, eslora, etc. Según las necesidades de la
pesquería objetivo. Y obviamente los ecosistemas que usufructúan, deben de
ser debidamente estudiados para una adecuada determinación de sus periodos
de veda, cuotas o gestión pesquera. Para eso la ley actual estipula que la
investigación marina está a cargo del Instituto del Mar del Perú y las
universidades.

Incluso el estado peruano puede promover estas pesquerías con algunos
incentivos que nos lleven a la construcción de botes o barcos, con modernas
tecnologías y diseños náuticos, que nos permitan un dominio marítimo y
pesquero real de nuestras 200 millas y su mar adyacente, para competir con
flotas extranjeras que operan muy lejos de sus puertos de origen,
accediendo a los pelágicos de altamar o a los procesos a bordo, como
cualquier pesquería moderna en el mundo.

Desde nuestro punto de vista, la defensa a ultranza de las cinco millas, no
es nada más una farsa, que oculta tras de sí fines políticos y el deseo de
favorecer perversamente una pesquería informal o ilegal, autorizada a
pescar dentro de una “Zona de protección para la reproducción de las
especies y crecimiento de juveniles” sin vedas, ni cuotas, ni controles, y
por supuesto tampoco impuestos.
La distancia de costa no es la única forma de crear una “Zona de protección
para la reproducción de las especies y crecimiento de juveniles” en el
borde costero peruano y esto es promovido por diversas ONGs extranjeras que
no defienden los intereses del pescador peruano, sino que por el contrario
lo dividen, prometiendo un área de pesca exclusiva para el “pescador
artesanal”, que no es en realidad un “pescador artesanal de orilla”, como
lo identificamos nosotros.

Muchas de sus recomendaciones, atacan además a la pesquería industrial de
anchoveta de manera permanente, pretendiendo cambiar las normas de una
forma que perjudica la gestión de esta pesquería, que con sus errores y
aciertos a lo largo de sus más de 60 años de existencia, ha evolucionado
positivamente transformándose en una pesquería moderna, que comprende su
ecosistema y está logrando la sostenibilidad del recurso objetivo, además
de brindar trabajo directo e indirecto a más de 750,000 personas, con
exportaciones generadoras de divisas por más de 2,000 millones de Dólares
promedio al año. Los otros 1,000 millones de Dólares promedio al año los
genera la actividad artesanal como está definida actualmente en la ley, y
de esa porción económica, casi tres cuartos, corresponde al esfuerzo de la
flota potera y periquera que no usufructúa el borde costero. Se estima que
la pesca artesanal actualmente genera 250,000 empleos directos o
indirectos. Cualquier cambio nefasto en la ley, podría significar un enorme
perjuicio a más de 1 millón de personas que viven de la pesca y acuicultura
nacional. Para una nueva ley, se requiere de mucho debate.

La sostenibilidad de la pesquería de anchoveta está íntimamente entrelazada
con el futuro de la pesca industrial, de la pesca artesanal de orilla y de
la acuicultura nacional, que ha entrado en un proceso de desarrollo, donde
el estado se ha enfocado en la investigación de especies nativas del borde
costero, con logros muy interesantes que favorecen la transformación del
pescador artesanal de orilla en un acuicultor artesanal. Estos avances
avizoran la domesticación de especies carnivoras nativas, como la chita, la
corvina, el lenguado, el fortuno o el paiche en la Amazonía, que demandan
en su alimentación y rápido crecimiento, ingredientes marinos provenientes
de la conversión de la anchoveta en harinas y aceites de pescado, no solo
útiles para la alimentación de animales de crianza, sino también para el
enriquecimiento de los productos destinados a la alimentación humana.
Herramienta utilísima para el combate de la malnutrición y la anemia, males
que no podemos aún desterrar del país.

Se acusa a la pesca industrial de depredar la anchoveta y sus juveniles,
algo que no es cierto, lo cierto es que las recomendaciones del Instituto
del Mar del Perú para la administracion de esta pesqueria han sido
acertadas y la biomasa observada se mantiene estable durante mas de 10
años. Si no fuese asi, no habria pesqueria de anchoveta en el Perú. Pero
nadie habla de las malas practicas de la pesca artesanal, como el irrespeto
a las tallas minimas, la pesca con explosivos, la pesca nocturna, la
destruccion de praderas de algas, el traqueo o traqueteo, la interferncia
de los bolichitos o arrastreros en la orilla, etc. ¿Estamos en un mundo de
pescadores o pecadores incapaces de hacer "mea culpas"? Por que esto lo ven
todos los dias y el silencio es estruendoso.

Defendemos a los diferentes sectores de la pesca y acuicultura nacional,
según creemos, por qué promovemos una visión “holística” y esta visión de
la pesquería y acuicultura peruana nos permite este análisis, y con él, la
comprensión de por que consideramos que la tesis de las cinco millas para
crear una “Zona de protección para la reproducción de las especies y
crecimiento de juveniles” en el borde costero peruano, es una vil farsa
creada por la ignorancia o los intereses ajenos los verdaderos intereses de
la pesca artesanal de orilla, el verdadero pescador artesanal.

Una farsa, que además promueve con su lenguaje demagógico una “zona
exclusiva para la pesca artesanal o pescador artesanal”, comprendida según
la actual definición de la Ley General de Pesca, que incluye en el régimen,
pescadores y armadores que no deberían estar incluidos en ese régimen y que
no deberían tener acceso a una “Zona de protección para la reproducción de
las especies y crecimiento de juveniles” en el borde costero peruano, por
que su actividad representa un esfuerzo pesquero mucho mayor que el que
esta zona podría admitir.

No existen propuestas reales a los problemas del pescador artesanal de
orilla, y esta farsa celebra con gran pompa el “año de la pesca artesanal
en el Perú” pretendiendo al mismo tiempo la destrucción de estructura legal
existente, imperfecta por cierto, pero con reglas que no la perfeccionan
sustancialmente, ni se adecúan a la realidad y que además discriminan los
intereses de actores tan importantes como aquellos que representan
actualmente a las dos terceras partes de la pesquería nacional, como es la
pesca industrial anchovetera.

En cambio, nosotros proponemos el desarrollo de la acuicultura de especies
nativas, porque esta tecnología, no solo sirve para la producción de
alimentos hidrobiológicos, sino que también es útil para rescatar especies
del peligro de extinción y podría permitir en el futuro programas de
repoblamiento y recuperación del borde costero. Y de la misma manera
promovemos la implementación de arrecifes artificiales en fondos arenosos,
con la finalidad de que sean atractores de vida y biodiversidad, brindando
protección a muchas especies de sus depredadores naturales, configurando un
área que puede ser administrada por comunidades de pescadores artesanales.
Un arrecife artificial dependiendo de su concepción, podría ser también un
interesante atractivo turístico, favoreciendo la transferencia de
pescadores artesanales al sector turístico.

Creemos que es muy importante la revisión de la Ley General de Pesca
(Decreto Ley Nr. 25977) ya que existen dentro ella algunos conceptos
obsoletos, que no permiten al Perú alcanzar su destino como líder mundial
del abastecimiento de proteínas hidrobiológicas provenientes de la pesca o
acuicultura. Pero excluir a actores que tienen mucho que decir, así como
confundir a la población en general, sin explicar adecuadamente lo que es
un ecosistema y lo que significa una moderna gestión ecosistémica de la
pesca o la acuicultura, o involucrar “apuraditos” en predictamenes
congresales la opinión de personas u organizaciones nada representativas
del sector, son solo una muestra más del montaje de esta farsa, que en nada
ayuda al “pescador artesanal de orilla”, por el contrario, lo usa y lo
excluye.

Cordialmente.

Francisco J. Miranda Avalos
Presidente del Consejo Directivo



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